Economía y Sociedad
Economía:
Sus principales cultivos desde tiempo inmemorial han sido los cereales: trigo, cebada, avena y forrajeras como la veza y esparceta o pipirigallo, entremezclados con la vegetación autóctona propia de la sierra, cuyas cuotas llegan hasta los 1.405 m. de altitud en el Monte Santa Bárbara, con pinos rodenos, albares, y en las partes más bajas pino carrasco; mezclados con robles, comúnmente llamados rebollos, encinas, como la sabina, enebro, carrascas y coscojas.
Plantas esteparias como el erizo, la estepa y las aliagas entre otras y aromáticas de romero, espliego, tomillo y similares. También algunos frutales como el avellano, el almendro y el cerezo, y en determinados rincones fresas silvestres. Cabe destacar en el otoño las variedades de hongos, el rebollón rodeno en los pinares de Santa Bárbara, el calar en Cerdaña y las setas de cardo en los yermos.
Este tipo de vegetación y clima favorece la ganadería ovina y caprina y en épocas pasadas ha llegado a contar con ganado bovino propio de los prados de Castilla León, y con una fauna autóctona muy variada con aves rapaces, águilas diversas y varias familias de halcones, azores, gavilanes y cernícalos y otras especies propias de los cultivos de grano, como la perdiz, la codorniz, estorninos y las familias de córvidos, urracas y cornejas. En cuanto a los mamíferos, actualmente las liebres, conejos de monte, zorros, mustélidos y felinos como el gato montés y la jineta y otros como el jabalí viajero y caprichoso.
Tiene también gran tradición desde épocas ancestrales, la explotación maderera con sus típicas talas en las artigas o fincas de pinar y monte público.
Sociedad:
Desde la década de los años 50 de la postguerra, hasta casi entrada la transición, estos municipios pierden la mayoría de su población que emigra, principalmente, a las grandes ciudades de la costa de Barcelona, Castellón y Valencia, dentro de la tónica general de esa época, de cambio del modo de vida rural a la industrial y de servicios.
Esta población pasa de tener seiscientos habitantes en 1.920 a los ciento setenta y cinco de la actualidad, compuestos en su mayoría por unas pocas familias que continúan con la economía tradicional, aunque cada vez menos, y el resto formado por personas pertenecientes al grupo de la tercera edad, jubilados que regresan y se reintegran, o familias que teniendo su residencia en aquellas grandes urbes alternan los fines de semana y las vacaciones con sus municipios de nacimiento, donde se reencuentran con las costumbres y forma de vivir de su infancia y juventud.
No obstante lo anterior, sigue, aunque en menor medida el flujo de personas que emigran a las zonas mencionadas, sobre todo jóvenes que buscan una mayor estabilidad económica y de futuro a la hora de independizarse o formar una familia.
Evolución demográfica: